Cuidado con el jardielismo; uno va leyendo como si nada, y poco a poco, se le cuela por dentro, y antes de darse cuenta, uno está haciendo bromas de cosas tan serias como la Iglesia, los políticos o la diarrea. Por mencionar tres cosas que el bípedo moderno debe tomarse muy en serio...
Ahí va una historia, real como la vida misma, no lo duden...
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Lunes, 9,30 de la mañanana, Sala de Reuniones de la División de Márketing de una importantísima compañía de telecomunicaciones...
Asisten muchas personas, la mayoría de ellos calvos, gordos y con corbatas. En sus interiores, sus pequeñas almas van enfundadas de una camiseta interior de tirantes y braslip color azul bebé, con agujero lateral para sacar la chorra. La plana mayor de Márketing, vamos...
Asisten también a la reunión 3 miembros de la agencia de creativos de turno: el jefe (48 tacos), el creativo senior (40 tacos), y el creativo junior (34 tacos - sí, sí, vivimos en un mundo que el último mono de la empresa, el junior, tiene 34 tacos, vive con sus padres, y todavía le dan la paga para complementar los 778 euros netos de la nómina. Eso sí, se lo funde todo en cachondeo durante el fin de semana, con lo cual, es pobre como una rata pero feliz como un xínxul (lo sentimos, pero no sabemos traducir eso en castellano, y creemos que xínxul suena bien de cualquier manera). Igualmente, las personas de menos de 30 años ya no son ni junior. Se les considera homínidos directamente.
Total, que empieza la reunión. En el orden del día, la nueva campaña publicitaria. Abre el Director de Márketing de la compañía de telecomunicaciones:
- ¡Me cago en toda vuestra puta sombra! (aunque no lo crean, en estas reuniones se dicen muchos tacos, y para ser fieles a la realidad, nos vemos obligados a reproducirlos, a pesar de su malsonancia. Pedimos disculpas). !Sois todos unos cagones y una panda de memos! ¡Me cago en todo! ¿A qué no sabéis donde estuve ayer? Pues jugando a golf con el Presi... sí, sí, con el Presi... ¿Y sabéis lo que me dijo?.... (Silencio sepulcral en la sala)... ¿No, verdad?... Pues me soltó que vaya mierda de campañas que estábamos haciendo, que los de color rojo se nos estaban comiendo con patatas, y que no entendía como seguía ingresando la nómina de todo el Departamento de Márketing, incluyendo la mía, y que se estaba planteando no invitarme al cocktail de San Juan en su finca el próximo año... ¿Sabés la de años que llevo lamiéndole el culo a ese cabrón? ¿Joder, tengo callos en la lengua de tanto pegársela a las nalgas, cojones? Y lo que me faltaba, el cocktail... mi mujer me corta los huevos como no nos inviten... Así que, estando así las cosas, panda de cabestros, decidme, ¿Qué vamos a hacer con la nueva campaña?
El Subdirector de Márketing, inferior directo del monstruoso Director, ya había optado por la autoinmolación usando la ancestral técnica de la sudoración masiva y la expulsión descontrolada de gases a través del recto (las alubias de la noche no ayudaban mucho tampoco a la hora de mantener la calma y los esfínteres en sus sitio...). No obstante, entre manchega y manchega, el subalterno reunió fuerzas suficientes para alzar la voz, mirar a los tres pollos de la agencia de creativos, y decir sibilinamente:
- Bueno, eso mismo yo pensaba la semana pasada, por eso he creído indispensable que la agencia dé la cara en estos momentos tan difíciles. Supongo, señores, que tienen claro que la cuenta está en juego... no pueden fallar...
Con esta ágil maniobra, el Subdirector de Márketing, muy bregado en estas lides, había conseguido traspasar la mierda de manera impecable fuera de la compañía, y ahora era el proveedor, la agencia de creativos, la que esperaba con los brazos abiertos el marrón reflectado hacia ellos con la velocidad de la luz.
Con unos reflejos dignos de Ángel Cristo en sus mejores tiempos, el Jefe de la Agencia, un tío con más mundo que Carmen de Mairena y Berlusconi juntos, repitió la maniobra de escape ejecutada por el anterior poseedor del marrón, y aunque de forma mucho más digna y elegante (sin sudores ni ventosidades, vamos), le dio paso al creativo senior que se sentaba a su lado.
Ahí es donde se complicó la cosa. El creativo senior, a pesar de tener al lado a un creativo junior al que podía endilgarle el brownie, sacó a relucir su estupidez (quizás empujado por futuros ascensos, felicitaciones y reconocimientos varios para su ego de marketiniano mediocre) y decidió coger el toro por los cuernos, y se enfrentó al reto planteado:
- Queridos señores de la compañía azul, somos conscientes de la situación, y por eso hemos venido. Sus problemas, son los nuestros, y con esta campaña, no sólo les vamos a demostrar nuestra implicación con su proyecto, sino también, que somos capaces de crear las campañas más creativas, innovadoras, e impactantes...
Nuevamente se hizo el silencio... aquel gallito había conseguido destensar un poco la situación, y tenía la oportunidad de salvar el cuello... Pero apenas tenía unos segundos, los hombres de azul no le iban a dar mucho más...
- Prosiga, prosiga, hijo - dijo el Director de Márketing...
- Pues bien, les explico nuestra idea... aprovechando que llega el buen tiempo, creemos que tenemos que potenciar eso, y sacar a relucir el lado más lúdico, divertido, juvenil y moderno de la compañia... Vamos a hacer un anuncio de surf !! ...
Se volvió a hacer el silencio... - Sí, sí, de surf, verán, el surf es algo muy molón, y aunque yo no lo he probado, ni conozco a nadie que lo haya hecho, nos está funcionando muy bien con otros clientes. Lo hemos usado con los cereales, con los abogados, con las clínicas de cirugía estética... Hasta con los frutos secos, oigan !! y todas las campañas han sido un exitazo... Además, los de rojo y los de naranja todavía no han hecho nada en esa línea, y con eso nos avanzaríamos a ellos y generaríamos una gran ventaja competitiva a partir de una mejora de nuestra percepción y la notoriedad ante el target juvenil, pudiendo transmitir así unos valores corpotativos y bla, bla, bla....
- No lo veo mal, hijo, contestó el Director... Y en el mismo instante, todo el resto de lameculos asentían con la cabeza y sonreían con entusiasmo ante la nueva propuesta... Pero diga, ¿Como será el anuncio? ¿Saldrán tías, no? Tiene que haber tías en bikini...
- Pues bien, para darles esos detalles, mejor doy paso a mi compañero, que es quien desarrolla la campaña... Y cedió la palabra al creativo junior...
El creativo junior, aunque su compañero no lo sabía, solía darse sus bañitos cuando entraba mar. No le gustaba alardear de ello, y menos en el trabajo. Aunque se le podría llamar surfista de una manera objetiva, no le gustaba el término.... Ya tenía una edad, y el furor adolescente en el agua había dejado paso a una visión mucho más madura del mar y del surf. Diferentes formas y tamaños integraban su quiver, y atrás quedaban muchos años de viajes, olas, y tranquilos atardeceres en remojo...
Aunque el cabrón de su compañero no le había hablado del proyecto y estaba improvisando, al creativo junior ya se le ocurrían varias buenas ideas para la campaña... si lo hacía bien, igual le caía algo de bonus y no tenía que seguir pidiendo a sus padres para sus viajes veraniegos... Se le ocurrían ya diversas escenas, localizaciónes, e incluso, la música sonaba en su cabeza... Weezer, Spinto Band, Arctic Monkeys...
Entonces, el creativo junior, se levantó, y dijo....
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El final de la historia ya lo saben. Seguramente, lo habrán visto por la tele...
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