Esta foto que hemos visto en Ripping Magazine, obra de David Botello según rezan los créditos, nos ha gustado especialmente porque refleja a la perfección lo que hemos podido meternos entre pecho y espalda esta mañana en las costas catalanas. Avanza el otoño, los bañitos van cayendo y los fondos van mejorando... no está mal.
El viento iba y volvía, a veces con mucha fuerza, jodiendo el baño de mala manera y calándonos los huesos con un frío endemoniado. A pesar de no ser unas condiciones perfectas ni mucho menos, extrañamente, hoy era uno de esos baños que uno no quiere que acaben nunca. A pesar del sol, al final, la sensación térmica ha podido con nuestro 3,2 agujereado, que se va directo al armario a criar polillas todo el invierno, y nos hemos marchado, pues eso, medio contentos, con unas cuantas buenas olas en el cuerpo, un pelín cerronas, y con ese longboard feeling que nos acompañará hasta la siguiente sesión...
¿Quizás mañana?
