martes, 6 de septiembre de 2011

shark attack !



Hoy nos hemos levantado con la noticia de un ataque mortal de tiburón a un chaval de 20 años que hacía bodyboard en Australia. Aunque la noticia la da Yahoo, que suele tener menos credibilidad que "el Bolita", el mentiroso oficial de mi cole de curas, estas cosas ocurren, y aunque es muy raro, son de aquellas cosas que sabes que pueden pasar (sobretodo, dependiendo de donde mojes tu tabla), pero nunca te crees que te puede pasar a ti, como estrellarse en un avión o tocarte la lotería... pero ahí están.

En cualquier caso, mucha mala suerte para el pobre chaval... Cuando uno se mete en el agua, aunque esté en zona de tibus, nunca está pensando en que puede ser víctima de un ataque como ése...Y no es tema de valentía, chulería o inconsciencia... simplemente, no te entra en la cabeza que eso pueda pasar... la ignorancia, y no ver lo que hay 3 metros por debajo de ti te proporciona una ficticia sensación de seguridad que te permite surfear horas y horas sin pensar un segundo en tibus merodeando alrededor de tus juanetes... y lo digo por experiencia propia... durante nuestras andanzas por el Pacífico, tuvimos la suerte de vivir una temporada en el sur de NZ... aguas frías, focas, pingüinos, y mucho pescadito... vamos, como Port Aventura para los tibus... Una muestra de lo que uno se encontraba por la playa, como quien no quiere la cosa...




Al tanto con acercarse a ese bicho, que medía más de dos metros, pesaba media tonelada, y tenía más mala leche que la Aída de Gran Hermano...

De hecho, en la playa de St. Clair, el spot nuestro de cada día (dánoslo hoy...), con lo primero que se topaba uno al aparcar era con esto:




La Shark Bell... muy sencillo, nos explicaron, esto es la Shark Bell... miren, si están en el agua, y ven un tiburón, pues vienen aquí, y tocan la campana, y todo el mundo fuera del agua echando virutas. Así de simple.

Por suerte, durante mi estancia allí nunca tuve que tocar la campana, ni tuve que salir pitando del agua al ritmo de la Shark Bell, pero no puedo negar que nos recorrió un ligero escalofrío por todo el espinazo cuando, al acabar la temporada de baño, al final del verano, las autoridades municipales retiraron la red protectora de tiburones que hay en la bahía, y encontraron 37 escualos de todo tipo enganchados a ella.... y no tiburones limón o peregrinos, no, no, de los cabroncetes...

Brrrrr....

Mira, me he puesto nostálgico, igual mañana nos damos un paseo por NZ...

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