Tenemos uno más, ahí está la prueba...

Para los que no lo hayan reconocido ya, se trata de un tierno infante, de voz angelical, que acabó volviéndose un poco raruno (lo que incluye cambiar de color cual rumboso camaleón bajo una bola de discoteca...)
Para más señas, os digo donde vivía... sí, hombre,... que no me sale, en un rancho lleno de bichos, monos y niñitos, que se llamaba...uhmmm, uhmm, ... bueno, mañana lo digo...
2 comentarios:
Con Emilio Botín me has matado. ¿Qué me dices?
Nooooo, lo siento.... una coñita marca de la casa... aunque sería un puntazo verlo ripear a saco con la calva y tal, no???
:-)
Publicar un comentario