Con lo sucedido estos días con el ya archiconocido y siniestrado Costa Concordia, no podemos evitar que aflore la figura de Lord Jim en nuestras mentes. Por lo visto, y a pesar de los antecedentes históricos, los bípedos seguimos empeñados en hundir lo que parece imposible hundir... pero ahí estamos, para ciertas cosas, nuestra raza se sale... Lo dicho, que el folletín que se ha liado con el italianini cobarde que salió por patas el primero no es nuevo, y el amigo Jim, antes de ser Peter O'Toole, ya salío echando virutas de un barco que se iba a pique, dejando a todo el pasaje abandonado a su suerte.
Recomendamos pues, enfervorizadamente, la re-lectura (yo lo voy a hacer este fin de semana, ni lo duden) o lectura (en caso que sean vírgenes) de la novela de Conrad. Verán algunas pequeñas diferencias entre el "suba a bordo, cojones" (o depende de cómo quieran traducir "cazzo" - coño, cojones, capullo, ostia), y el amigo Jim de Conrad. La primera es que el barco de Lord Jim, finalmente, y de manera inexplicable, no se hunde, y queda flotando hasta que pueden rescatar a todo el pasaje con vida. Y la segunda, es que el pobre Jim, como buen personaje atormentado de Conrad, se pasa el resto de la novela intentando redimir su mala conducta, y damos fe que el esfuerzo es grande, ya que necesita 300 páginas para conseguirlo.
Cuidado con el gusanillo Conrad; cualquier marinerito como nosotros puede quedar atrapado por el universo de Conrad, y acabar leyendo cosas cada vez más raras, como el "Corazón de las tinieblas", que luego le llevará a Apocalypse Now, y de ahí a Charly don´t surf, de ahí a Milius, de ahí a Big Wedenesday, de ahí a Miki Dora, de Dora a Malibú, de Malibú a los Vigilantes de la playa, y sin apenas darse cuenta, uno acaba recreándose con la extraña pareja formada por Pamela Anderson y Kelly Slater.
Ummm, todo esto es muy extraño... no lo mediten mucho, se les secaría la mollera
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