las tripas de maverick´s

Nuestro lamentable estado físico nos proporciona largas tardes de lectura, y ahora mismo, estamos más cerca de acabar una tesis doctoral que de ir al agua... El siguiente en caer ha sido The Voodoo Wave, de Mark Kreidler, un comentarista de deportes afincado en San Francisco que tiene de surfista lo que yo de sacerdote. Para que se hagan una idea, sus dos libros anteriores van de béisbol y de lucha libre en la América profunda(Supernacho !!), ups, perdón...



A lo nuestro, el libro en cuestión (en inglés, of course - hasta que zumbados como nosotros no lo traduzcamos, tendrán que apuntarse al BBC Inglishhhh o algo así), narra una temporada en el conocido y peligroso Maverick´s, ese olón cabrón de agua congelada que puede llevarse por delante al más pintado. El libro tiene dos enfoques bien diferenciados; por un lado, explica la historia desde el punto de vista de los surfistas, de los participantes en el evento, y de cómo viven la preparación y participación en un campeonato de tales características. Hay viajes in extremis, falta de pasta, espónsores que entran y salen, vidas extrañas, miedos, amistad, y huevos, muchos huevos: los que le echan estos tipos para meterse a surfear esos bichos. Enfoque correcto, pero quizás ya un poco sobado en la literatura surfera. Supongo que la mente de los tamañeros, a estas alturas, ya ha sido extensamente diseccionada...

Pero por otro lado, la historia explica todo lo que no se ve en un campeonato como Maverick´s, cómo funciona la maquinaria comercial que hay detrás de un evento de surf internacional (y de cualquier otro deporte, por otro lado), y sobretodo, los rifirrafes que mantienen Jeff Clark, el descubridor y diríamos que poseedor exclusivo de la ola durante quince años, y su socio, un abogado de San Francisco cuya única visión de Maverick´s era hacer pasta vendiendo sudaderas, webcasts y polladas varias. Desconozco si la intención del autor era posicionarse en uno u otro extremo, es decir, del lado de la visión purista del surf, o del lado de la todopoderosa industria de las grandes marcas, pero en cualquier caso, da los datos, al hablar con todas las partes implicadas, y permite que cada uno saque sus conclusiones. Y las mías son que, por mucho que nos rasguemos las vestiduras, todos tenemos manchados los calzoncillos...

Interesante el final, por lo inesperado de los acontecimientos. Tiburones de secano, engaños, mezquindad, intereses cruzados, y por ahí en medio, como quien no quiere la cosa, un pedazo olón de lo más cabrito... Si no que se lo pregunten al pobre Mark Foo, que en 1994 ya no salió para contarlo... atención al wipe out del minuto 5,20, sacado de Riding Giants, de Stacy Peralta... espeluznante...





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