Así se llama nuestro primero, y quizás último disco...
El escandaloso éxito editorial que estamos alcanzando con este humilde proyecto nos ha obligado de forma irremediable a lanzar nuestro propio sello discográfico. Pero como seguimos siendo pobres como ratas, y no tenemos dinero para contratar a nadie, hemos decidio perpetrar nuestro primer lanzamiento con nuestras propias manitas.
El resultado es cochambroso, pero qué le vamos a hacer, es lo que nos ha salido. Es como cuando a uno le sale un hijo feo. Vale, es feo, pero es el hijo de uno, y se le quiere igual... Es la autoindulgencia de los artistas y de los padres. Sin ella, la vida sería insufrible.
A ver al lío... Para que se hagan una idea, nuestras tonadillas son la mezcla de muchas noches de insomnio, unas cuantas bases rítmicas, un poco de chill-out, algo de Beirut, un poco de Astrud, loops, guitarras, puestas de sol, ukeleles, guateques setenteros en piscinas con forma de riñón, y ese leve tufo a salitre que no podemos, ni queremos sacarnos de encima. No se ve bien, pero se intuye que el mar, como siempre, está por ahí.
Tenemos todas nuestras esperanzas empresariales puestas en este proyecto, a pesar de que está colgado en Spotify, Amazon e iTunes, y lo pueden escuchar gratis tooooodas las veces que quieran. Está claro que con eso no sacaremos ni un duro, pero estamos convencidos que cuando lo oigan los de telefónica y todos estos, usarán nuestras tonadillas en sus anuncios, y recibiremos pingües beneficios por nuestro arduo y valioso trabajo en forma de jugosos royalties. No tendremos ningún problema en vendernos por unas cuantas perras.
Esperamos que no se les atragante en exceso. Especialmente recomendado para observar bellas puestas de sol en una tumbona tomando un gintonic de esos de pepino que ahora se llevan tanto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario